Las capacitaciones de compliance a los miembros de una organización juegan un rol fundamental a la hora de construir e implementar un sistema de integridad. En el Ecuador, el numeral 7 del artículo 49 del Código Orgánico Integral Penal establece que uno de los requisitos mínimos del sistema de integridad es la implementación de programas de capacitación al personal. Estas capacitaciones no solo contribuyen al desarrollo profesional y personal de los trabajadores y directivos de una organización, sino que permiten socializar eficazmente la normativa interna y construir la cultura de integridad promovida por la organización.

Cuando una empresa decide actualizar su normativa interna o crear nuevas políticas y procedimientos, espera que esta sea leída y aplicada por todo el equipo de trabajo. Sin embargo, es importante recalcar que son muy pocas las personas que las entienden y aplican de manera adecuada. Esto, no ocurre por falta de capacidad del lector sino, porque: i) al momento de generar estas políticas no existe un verdadero diseño aplicado a la realidad de la empresa; ii) no se aplica un lenguaje que pueda ser entendido por todas las personas independientemente de su formación; y, iii) no se capacita al personal.

Durante los programas de capacitación, se recorre brevemente por todos los elementos de la norma en cuestión; se profundiza en las obligaciones que esta crea, especialmente sobre sus puntos más importantes; se desarrollan actividades para despertar el interés de los asistentes; y, se responden las preguntas e inquietudes que puedan existir.

 La mejor manera para socializar la implementación de normativa es que las capacitaciones sean dinámicas e interactivas. De este modo, se influirá en la conducta de los trabajadores y directivos de manera positiva y se evitará el conocido compliance washing, aquel que se queda en la teoría y no en la práctica y el cual no es eficaz para prevenir incumplimientos y sanciones. Toda la organización conocerá, entenderá e incorporará en su comportamiento los lineamientos y principios de la normativa interna.

 Un elemento fundamental es que la alta gerencia promueva, asista y participe activamente en los programas de capacitación. De este modo, incentiva a los equipos de trabajo y transmite la importancia de construir una cultura de cumplimiento.

En definitiva, las capacitaciones y talleres de formación son la principal fuente de prevención. A través de estas, los miembros de una organización conocen e identifican claramente lo que está permitido y lo que no y les proporciona el criterio suficiente como para discernir situaciones grises y actuar a favor de la integridad corporativa.

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